Este es el debate de la horas (??), el favorito de aquéllos que se aferran a la "objetividad" y a lo "estable", la "estabilidad". Llevan años contando con los dedos cursos y horas: al final les faltó un dedo y muchas horas y rompieron el currículo de las escuelas para salirnos con la genialidad de 5, 6 u 8 años para 66,66 % (perdón por lo diabólico) de lo que llevábamos casi 100 años haciendo seguramente que con mucha imperfección, pero con entusiasmo y credibilidad en 4, luego en 5 y luego en 3+2 años. Seguramente que hay cosas que corregir pero no de la manera que se ha hecho.
Entremos en materia:
Lo que dice el marco del sesudo tema de las horas :
Cap. 2.2 MCERL
(Lo ponemos en inglés, como en el original, de su traducción al castellano no queremos saber nada hasta que no corrijan los graves errores que contiene, ¡cáspita!)
Y ahí se acaba la referencia. ¿Qué horas? ¿Qué se hace en esas horas?
Seguro que todo eso se puede hacer en cualquiera de los 22 idiomas que se pueden aprender en nuestras escuelas.
Se pueden hacer muchas cosas más, pero por respeto al lector paramos aquí.
El Marco no lo dice por mucho que sus exégetas no descansen en glosar aproximaciones como en un concurso inacabable de "cifras y letras".
A lo que sigue nos remitimos (pulsar sobre la imagen para verla mejor)
* Número de horas acumuladas para organizar las enseñanzas de idiomas como requisito objetivo y estable para acceder a los certificados correspondiente con la fortuna que la deidad dé a cada uno.
** Nombres más o menos lírico-descriptivos dados a esos niveles por los sucesivos autores en que se ha inspirado el MCERL. El problema con los nombres propios es su traducción. En este sentido el Instituto Cervantes es el glorioso responsable de la traducción de “Vantage Level” por “Nivel Avanzado”, que tanto ha dañado nuestro currículo como se puede comprobar.
En el curso sobe los niveles C recientemente impartido en Segovia y organizado por el MEC, el conferenciante Álvaro García Santacecilia insistía con esta traducción. Esta actitud ibérica del sostenella y no enmendalla nos mata.
(1) Pseudónimos de dos participantes regulares en enconada disputa en diversos foros, anónimos y en apariencia bien informados sobre EEOOII, pero como se puede comprobar bastante antipódicos.
(2) Según presentación de Álvaro García Santacecilia en reciente curso en Segovia sobre niveles C: http://www.slideshare.net/fercasfer/diseo-curricular-2031181?from=email&type=share_slideshow&subtype=slideshow_thumb.
(3) Interpretación optativa y suicida del MCERL por el MEC y luego por la Comunidad de Madrid y otras CCAA a veces de forma harto original, léase Castilla-La Mancha. Obsérvese que las coincidencias con otro autor del cuadro anterior son significativas, ¿a que sí? ¡Para echarnos a temblar!
…Lo que opinamos muchos miembros de la profesión docente es que, aunque sólo sea por los años, tenemos derecho a que se nos oiga.
El número de horas de clase es un mero accidente más en el proceso de aprendizaje de un idioma. Tan accidental como crucial es la autonomía creciente del aprendiz para escoger y tomar decisiones sobre su aprendizaje.
Es accidental porque además desprecia circunstancias adultas como el absentismo, el fracaso, la continuidad o su opuesto, la dedicación, la regularidad, y la mayor o menor dotación para determinadas destrezas comunicativas, además hay muchos etcéteras. Pregunten a la gente y dejen de argumentar sus decisiones sobre las "horas" ¡cáspita!.
El número de horas es una obsesión para los ordenadores de la enseñanza en España, y está claro que, aunque se agarren a él como clavo ardiendo, tampoco les sirve de mucho: se siguen quemando.
Nadie lo debate –véase el MCERL- como razón prioritaria para el éxito ni para el fracaso. Ni siquiera en la enseñanza obligatoria. Hay muchos ejemplo que desacreditan esa medida. Que el organizador de las enseñanzas la use como referencia no le permite meter la pata de forma tan notoria. Sobre todo teniendo en cuenta que el administrador se las enseñanzas de este país le va a negar el pan y la sal a desarrollos tan exagerados.
Si el administrador de las enseñanzas consiente en currículos tan delirantes como los de "speedo" (sea quien que sea) y tan "opcionales" como los del RD 1629/2006, haremos bien en sospechar que no lo hace por el éxito de esa institución educativa.